Vista general del castillo de Sádaba mostrando como se asienta sin cimientos en roca
La población de
Sádaba forma parte de las Cinco Villas de Aragón y es fronteriza con Navarra. Al
norte Castiliscar, al este Uncastillo, al sur Ejea de los Caballeros y al oeste
Carcastillo (Navarra), nombres todos relacionados con fortalezas y milicias
medievales.
El castillo está
situado en un montículo junto al caserío, y destaca por su sencillez de líneas,
unido a los buenos sillares empleados en su construcción.
Además, presenta la característica de su planta atípica frente al resto de los
castillos aragoneses.
Consta de un rectángulo en torno a un patío con siete torres de planta rectangular, aunque diferentes unas de otras. En los lados norte y oeste existen dos grandes salas, así como en el ángulo sureste, se eleva la capilla. Para mayor comprensión, es preferible ver el croquis.
Decimos que su planta
es atípica porque no tiene barrera, ni torre del Homenaje y, además, un camino
de ronda atraviesa todas las torres.
El patío de armas tiene un aljibe con tres arcos apuntados que reforzaban la
bóveda, hoy caída.
También en el patío está la capilla cúbica, cubierta por bóveda de crucería.
El castillo
perteneció a la Orden de San Juan, cuya cruz representativa está sobre una de
las puertas de la capilla.
Vista del castillo, con sus torres fuertes, en las que se aprecia por la parte baja algunos sillares almohadillados
Las salas aunque en
ruinas, nos dan idea de los grandes salones de los castillos. Como nota
especial, la torre suroeste, que es un poco mayor que las otras, tiene dos
cámaras y forma parte de la puerta de ingreso que se abre entre dos cubos.
Muchas torres tienen
un ligero talud en su base y sorprende ver la escasez de huecos; sólo saeteras,
lo que le proporciona un carácter rudo y guerrero.
Varias torres conservan el almenado pudiéndose ver que no tenían la misma
altura. Otras características es el empleo de sillares almohadillados, a estilo
romano, en lienzos y torres.
Históricamente Sádaba
fue una villa que se repobló a finales del siglo XI como toda la comarca de
Cinco Villas, teniendo datos desde el año1099.
Al parecer, un castillo aquí se inició en 1125, pero no el actual, que por sus
características es mucho más tardío. En 1158 era dueño del castillo don Pedro
García, que lo había heredado de sus padres.
Durante la minoría de
edad de Jaime I, ciertos señores feudales se aprovechaban de la situación
anárquica saqueando poblaciones y tomando castillos para sí, por lo que el rey
de Navarra, Sancho VII, tomó cartas en el asunto dada la proximidad de Sádaba a
su reino, lo tomó bajo protección en 1215 y 1221. Es hacia esta época cuando va
a construirse el nuevo castillo de Sádaba.
Muchos otros detalles
financieros nos van informando de los sucesos acaecidos en el castillo con sus
ventas y recuperaciones durante más de un centenar de años. Participó en las
guerras de Pedro IV y Carlos II de Navarra. De nuevo Sádaba quedó en la corona y
tuvo que sufrir ciertas correrías causadas por parte de los salteadores
navarros.
A partir de esa época, poco conocemos del castillo, sólo algunos datos de escritores que hacen mención somera de él. En el siglo XVI, continuaba el castillo en buen estado. Sufrirá el abandono normal en los siglos XVII y XVIII para llegar a ser una gran ruina romántica en el siglo XIX.
El castillo está en
vías de restauración por obra de la Diputación General de Aragón, que ha
valorado en gran interés estilístico de este castillo atípico gótico aragonés.
Castillo sin foso, ni barrera, ni otra defensa que sus muros, adarves y almenas.
Obra bien labrada, con sillares pequeños, aúna la residencia nobiliaria en su
interior, con salas y capillas, junto con la sobriedad exterior de sus muros.
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