Vista de los
lados sur y oeste del castillo de Mombeltrán. Se aprecia la barrera con almenas
rectangulares que asemejan merlones y cómo se reforzó la barrera con un muro en
talud, dejando un espacio hueco intermedio.
La villa de Mombeltrán se llamó
Colmenar de las Ferrerías, pero cambió su nombre en el siglo XV al pertenecer a
don Beltrán de la Cueva, tras la donación de Enrique IV.
Cabría suponer que en este mismo cerro donde se encuentra hoy el castillo con
amplias vistas al valle, hubiera otra fortaleza del condestable Ruiz López
Dávalos, que tenía también la de Arenas y cuyos sucesos van parejos
históricamente. Tenemos todos los datos a nuestro alcance para saber cuándo fue
edificado este castillo, ya que los escudos de don Beltrán de la Cueva y de sus
esposas nos datan la obra entre 1462 y 1474.
El castillo de Mombeltrán tiene líneas circulares, pues su torre del Homenaje es
también circular y la barrera que precede a todas las torres remarca estas
curvas, incluso la entrada se hace por una puerta abierta en un breve recinto
semicircular.
Consta en esencia de un rectángulo flanqueado por los cuatro cubos; el patio de
armas fue transformado en patio palaciego, con tres lados de galerías, con
columnas de piedra sobre las que descansan arcos de ladrillo.
En
torno al patio podemos apreciar todavía las diversas habitaciones residenciales,
la capilla, las habitaciones para la servidumbre, etc.
Nos llama exteriormente la atención la barrera de insólita altura, que rodea al
castillo, barrera con muros en talud, es decir, inclinados y con galería
interior.
Vista del lado sur, con los cubos adornados con dos hileras de falsos matacanes y encima del almenado. Sin embargo, en los lienzos entre cubo y cubo persiste la obra gótica de matacanes corridos y almenas con saeteras y troneras. Varias ventanas abiertas en los siglos XVII y XVIII perjudican la estética medieval del castillo.
También
ofrece su bello almenaje y toda la cornisa de matacanes de los muros, así como
los detalles arquitectónicos góticos, posiblemente obra de Juan Guas de la doble
cornisa de las torres que le asemejan con otras obras de este arquitecto, como
el castillo de Manzanares (Madrid) o el de Belmonte (Cuenca).
En lienzos y almenajes hay una doble profusión de defensas, cono saeteras y
troneras, que nos indican siglos XV y XVI.
La torre del Homenaje tiene una serie de pisos que se apoyaban en una columna de
piedra ochavada que va desde el suelo hasta la terraza. Los pisos eran de
madera, aislados unos de otros y sólo accesibles por escalera de mano, para
mayor defensa.
El hecho de
ser esta torre circular nos indica fecha tardía y es el modelo para la del
castillo de las Navas del Marqués también en la provincia de Ávila.
Pocos castillos como éste conservan su belleza exterior ante un imponente
paisaje serrano. El interior está en ruinas, pero fáciles de restaurar, pues
sólo queda techar la zona del patio de armas.
Por otra parte,
Mombeltrán ofrece una pura muestra de detalles arquitectónicos que conjugan el
arte militar y civil.
Toda la obra del castillo es de mampostería y sillería, y continúa perteneciendo
a los duques de Alburquerque.
Referente a su historia, Alfonso X concede fuero a la villa, y en el siglo XIII,
cuando toma auge, al concederla a don Ruiz López Dávalos, condestable de
Castilla, cuyos episodios hemos relatado en la historia del castillo de Arenas
de San Pedro.
La fortaleza de Mombeltrán, una vez en manos del duque de Alburquerque en el
siglo XV, no saldrá de su poder hasta hoy día.
Tanto castillo como la villa y toda la zona ofrecen numerosos atractivos para
detenerse a visitarlos con calma.
Por su situación pintoresca es uno de los castillos más visitados de Ávila,
sorprendiéndonos por sus características de cubos y torre del Homenaje
circulares, que nos recuerda en parte al castillo de Manzanares (Madrid), con el
que tiene hermanamiento de formas y detalles arquitectónicos semejantes. Sin
embargo, el castillo no está declarado Monumento Histórico Artístico.
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