Aspecto general de
la torre del Homenaje del castillo de Ciudad Rodrigo desde la población. Nótese
el doble cuerpo de la torre y las esquinas bien trabajadas en sillería
La antigua Miróbriga
romana se encuentra situada a la derecha del río Águeda, afluente del Duero. Es
la ciudad amurallada más importante de la provincia de Salamanca y fue elegida
como sitio fuerte frente a la relativamente próxima frontera portuguesa.
Poco sabemos de Miróbriga hasta el año 996 en que Almanzor pasó por esta ciudad
camino de Santiago de Compostela. Reedificada a instancias de Alfonso VI como
toda la provincia de Salamanca por el conde Rodrigo González de Cisneros, fue
Fernando II el que verdaderamente dio empaque a la ciudad amurallado con obra
fortísima del cal y canto la población entre los años 1170 – 1180.
Repoblado por leoneses, Fernando II le concede fuero y en 1287 podría ser
concedida a persona alguna en calidad de señorío.
El
castillo está situado al sur de la población defendiendo la entrada del puente
sobre el río Águeda. Levantado por orden de Enrique II de Trastámara,
intervinieron los arquitectos o maestros mayores de obra Gonzalo y Lope Arias
Genizaro en 1372. Sabemos estos datos por una lápida situada en el mismo
castillo que con letra gótica nos cuenta la historia de su fundación: “Este
alcázar fue construido por orden del muy alto y noble rey don Enrique hijo del
muy alto y noble rey don Alfonso, que venció a Albocean rey de Benamerin con
todo el poder e África y conquistó Algeciras. Fue comenzado el primer día del
mes de julio de MIL CCL y X años”
Consta de una fuerte torre de planta cuadrada de 17 metros de lados y con un
cuerpo superior más pequeño, y en torno a ella un recinto cuadrado con cubos
cuadrados en las esquinas y semicirculares a mitad de lienzo, excepto la del
lado este que es cuadrada donde se sitúa la entrada acodada.
Por
la parte de la población, otro recinto paralelo y terminado en dos cubos
circulares. La zona que da al río queda protegida por la muralla de la ciudad.
Convertido en Parador de Turismo en los tempranos años de 1930, se edificaron
muchos espacios antes abiertos, como la liz y dos laterales del patio de armas
alrededor de la torre del Homenaje.
Toda la obra es de fuerte mampostería con mucha piedra de río a hiladas y
sillares en los ángulos.
Como
única nota palaciega, sobresalen unas ventanas dobles con arco apuntado y de
influencia mudéjar situados en la torre del Homenaje con vistas a la población y
al río, respectivamente, y protegidos por un matacán. El interior de la torre
está dividido en dos cámaras abiertas con bóveda de cañón sobre arcos de
sillería. Hay una tercera planta con bóveda de ladrillo, más la terraza y el
último cuerpo, también aterrazado.
Existe una poterna defendida por un matacán en el lado oeste. Es, pues, un
castillo tipo leonés, consistente en una fuerte torre, como las de Miranda del
Castañar, Puente del Congosto o San Felices de los Gallegos, por citar algunos
de los más importantes y de estas características en la provincia de Salamanca.
Detalle de la
ventana gótica con parteluz bien trabajo en sillares frente a la pequeña
mampostería a base de piedra de río y cal de sus muros
En 1385 el rey de
Castilla partirá del Alcázar de Ciudad Rodrigo hacia Portugal con su ejército.
También tuvieron repercusión la guerra con este vecino país por la causa de la
Beltraneja, tomándolo Alfonso V de Portugal, esposo de doña Juana, en nombre de
la posible futura reina de España y teniendo los Reyes Católicos después de
hacer una gran campaña militar para poder reconquistarlo
Años después, y ya en el siglo XVI, durante la guerra de los Comuneros,
nuevamente probará su fuerza.
El duque de Osuna, en 1667 hará base mayor a Ciudad Rodrigo en su campaña contra
Portugal.
Más sucesos militares nos ofrece la historia, ocurridos entre sus muros, como la conquista del alcázar por el archiduque de Austria, en la guerra de sucesión española del siglo XVIII, y que de nuevo pasó a poder del rey Felipe V. En la guerra de Independencia, se refugiaron en el castillo y ciudad seis mil hombres al mando de Andrés Pérez Errastí, que después de resistir a las tropas francesas con verdadero heroísmo, tuvieron que capitular ante el Mariscal Massena, que asediaba la ciudad con 50.000 hombres.
Dos
años después, en 1812, un nuevo asedio de Ciudad Rodrigo, esta vez por el duque
de Wellington, aliado con las tropas españolas, consiguió recuperar
definitivamente la ciudad obteniendo por ello el título de duque de Ciudad
Rodrigo.
Las ruinas del castillo fueron restauradas formando en su interior un Museo
Regional, que en 1930 el Patronato Nacional de Turismo lo transforma en Parador,
uso en el que sigue hoy en día. Tanto el alcázar como la población son
monumentos históricos artísticos, presentando un buen conjunto de palacios,
catedral, plazas y murallas medievales con sus respectivas puertas y ocho
baluartes que rodean por completo a la ciudad y que nos han llegado en perfecto
estado de conservación.
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