Vista general del castillo de Belmonte desde la población
El origen de la población se
remonta al siglo XII, cuando tras la recuperación de Alarcón en 1182 por los
cristianos, se funda como villa que llamarán Las Chozas, origen del actual
Belmonte que cambia de nombre en el siglo XIV.
El castillo está en un cerro (“bel monte”) con un pinarillo y de él parte la
muralla que abraza a la población. Pocos castillos pueden enorgullecerse, como
éste, de tener salas y techumbres de madera completas y de presentar silueta
romántica como el de Belmonte.
El castillo presenta extraña planta, como si fueran rectángulos rematados por
cubos en sus esquinas y que dejarán entre sí un patio, que es el de armas. Le
rodea una barrera que sigue en parte el trazado del castillo y en el que se abre
una puerta de ingreso , situada entre dos cubos, un rastrillo, saeteras,
almenado, matacanes, siendo buenísimo ejemplo de arquitectura militar del siglo
XV.
Es Monumento Histórico desde 1931, y el recinto amurallado y población, desde
1968.
Será el marqués
de Villena, don Juan Pacheco, nacido en esta misma población, el artífice del
castillo. Su marquesado llegará a Garcimuñoz, Peñafiel, Alarcón, amén de más de
una docena de fortalezas y otros tantos pueblos.
La fecha exacta, en 1456. Se conservan el documento y las cláusulas de la edificación proporcionando todo lujo de detalles; “las murallas tendrán 35 pies de alto por ocho de ancho, sin contar con los parapetos y almenas que han de coronarlo”.
Vista de la puerta
del Campo con la torre del Homenaje
Como en todos los castillos
medievales tardíos, tenía capilla, hoy visitable, y con un techo giratorio de
madera adornado con finas labores mudéjares y campanillas de plata. Otras
estancias conservan las techumbres mudéjares; galerías, salas, escaleras, etc.,
todas éstas diferentes y en bastante buen estado de conservación; unas
rectangulares, otras en forma de artesa invertida, de tirantes, apeinazadas, etc-.
Todo un repertorio de formas.
Una ventana recubierta de yeserías góticas, con sendos banquillos a cada lado,
presenta el escudo de los Pacheco, entre ramajes, angelotes, animales reales o
fantásticos, como si de un tapiz en relieve se tratara. Las chimeneas,
igualmente decoradas y varios alfices de puerta dignifican las salas.
El castillo no
fue del todo acabado en su momento. Se nota por la poca elevación de la torre
del Homenaje, por las columnas inacabadas del pozo, etc.
Como elemento
destacado y personal de este castillo, aparte de sus techumbres de madera, están
sus almenas escalonadas, enormes y decorativas, que le proporcionan peculiar
sello y estilo.
Fue Quadrado, personaje erudito y pintoresco del siglo XIX, quien, al ver la ruina del castillo de Belmonte, dirige unas cartas a los herederos de aquel primer constructor, el marqués de Villena, allá por el siglo XV, y logra que su propietaria la emperatriz Eugenia de Montijo, esposa de Napoleón III de Francia, condesa de Teba, se interese por el castillo y ordene su restauración en 1857, perdurando varios años hasta la caída del Imperio, y que el nuevo propietario, el sobrino de la emperatriz, el duque de Peñaranda, para darle uso, cedió a una comunidad de dominicos franceses, que tiempo después lo abandonaron.
Plano castillo de Belmonte
Hoy está sin
uso y se puede visitar.
El castillo es Monumento Nacional desde 1931, y la población, con sus murallas,
puertas, colegiata e Iglesia, desde 1968.
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