Vista general
del castillo de El Barco de Ávila y el entronque de éste con la muralla que
envuelve la población
Está situado en el
mismo pueblo, en un altozano junto al río Tormes, y en la parte norte de la
población, enlazando con las murallas del Barco.
Se le denomina “castillo de Valdecorneja” por ser los antiguos señores del
Barco, propietarios de todo el señorío del río Corneja, que es afluente del
Tormes.
El curioso nombre del Barco, alude a una barca, para atravesar el ancho río, que
existió antes de la construcción del puente medieval.
Forma el castillo una planta cuadrada, con cuatro cubos circulares en las
esquinas, teniendo un garitón a mitad de cada lienzo, la torre del Homenaje
presenta planta rectangular y está orientada hacia la población, abriéndose
junto a ella la puerta principal de entrada al recinto. Opuesta a esta entrada
existe un portillo que da al río, con un sencillo arco.
En líneas generales toda la obra del castillo es de sillarejo. Tiene un gran
patio de armas en el que se aprecia que tuvo dos pisos.
Está totalmente
remozado, limpio de escombros, tapado su aljibe que lo ocupaba en casi toda la
extensión del patio y enlosado. Cubre el patio, además un pozo y ciertas
galerías subterráneas que al parecer tenían salida al exterior. Suponemos que
tuvo tres crujías, rematadas por una crestería gótica de la que aún quedan
ciertos elementos aprovechados en una casa de la plaza mayor. Seguramente tuvo
los dos pisos de galerías sobre columnas, cosa muy frecuente en los castillos
del siglo XV.
La
torre del Homenaje tiene sólo dos pisos, más la terraza y sirve de enlace entre
los adarves. Su primer piso es abovedado, accediéndose al resto por escalera de
piedra que discurre por uno de los laterales. Esta torre nos llama la atención
por la sobriedad arquitectónica. Todos los lienzos están coronados por una
hilera de matacanes de granito que le proporcionan cierta movilidad. Respecto a
los vanos, podemos observar diferentes estilos: desde la típica ventana con
banco corrido doble, con arco gótico, hasta las ventanas rectangulares que
corresponden a obras más tardías, del siglo XVII y XVIII.
Lienzo del castillo opuesto a su entrada, con un postigo de escape y detalle de los diversos vanos abiertos en sus muros, destacando la doble ventana gótica situada bajo los restos de un garitón. Obsérvese la cornisa de matacanes que coronan los lienzos y cubos.
Dato interesante
son los signos de cantero, especialmente en los sillares del pozo y la puerta
principal. Muchos autores indican su estructura semejante con el castillo de
Arenas de San Pedro.
Referente a su historia, sabemos que el Barco constituyó cabeza de señorío
fundado por el rey Alfonso X en 1254 en favor de su hermano, el príncipe Felipe,
después de los grandes intentos de repoblación de toda la comarca un siglo
antes.
Este señorío comprendía una docena de pueblos, que muchos de ellos conservan
todavía el apelativo de Corneja, como San Miguel de Corneja, Mesegar de Corneja,
etc.
Pasado el tiempo, este señorío pasará a don García Álvarez de Toledo. Con el
tiempo, Juan II les aumentará sus
posesiones con la villa de Alba de Tormes, haciéndoles duques de aquella
población.
En el siglo XV cuando se va a construir el castillo, teniéndose datos en que se
ordena a “García del Barco pintor vesino de Auyla e Juan Rodríguez pintor vesino
de Bejar amos a dos a mancomun de pintor de obra moriscalos corredores e a las
de los dichos corredores de la fortaleza del Barco” (año 1486).
La historia de este castillo va ligada a la de los duques de Alba, que lo
utilizan durante siglos como residencia. Ningún hecho bélico perturbó seriamente
la paz entre los muros de este castillo, hasta los saqueos y destrucciones que
sufrió en la guerra de Sucesión a finales del siglo XVII y en la guerra de la
Independencia un siglo después. Como el de Arenas de San Pedro, pasó a
utilizarse como cementerio, hasta que fue cambiado su uso, desescombrándose su
patio y pudiendo utilizarse ahora con fines culturales.
Desde la torre del Homenaje del castillo se observa parte del valle, las sierras de Gredos, Bohoyo, Llana, del Barco, Béjar y Ávila; los puertos de Villatoro, Tornavacas y Haya, es decir, un anchuroso ámbito territorial. El castillo le servía, también de vigía, la cercana torre del cubo, en la orilla del río, mucho más antigua que el castillo de Valdecorneja.
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