CASTILLO DE MONTALBÁN (Toledo)

Vista frontal del castillo, con su barrera en parte derruida y sus potentes torres albarranas




El nombre de Montalbán deriva de Montis Albus, es decir, “monte blanco” por las cercanas minas de caolín blanco de las que se surte Talavera y Toledo para la fabricación de cerámica.
El castillo de Montalbán está aislado de población, en una finca particular, a la izquierda de la carretera entre San Martín de Montalbán y la Puebla de Montalbán, en una desviación indicada.

Si caminamos entre una tímida vegetación de bosque mediterráneo, de pronto nos encontraremos con todo el frente grandioso del castillo.
 

Lo primero que observamos es su foso, o los restos del foso que tuvo. Destacan a primera vista dos grandes torres albarranas pentagonales, con un grandísimo arco gótico, y otra torre de planta rectangular. Éstas fueron las principales defensas del castillo. Pero observaremos que delante de la torre albarrana de la izquierda hay dos obras de planta semicircular: una de ellas es un recinto defensivo con su pozo dentro; la obra, formaba parte de una barrera que rodeaba al castillo y que tenía una torre pentagonal a la altura de la segunda torre albarrana.
 

Montalbán forma parte de una línea de castillos con torres albarranas levantadas hacia el siglo XII en torno al Tajo: Toledo, Maqueda, Escalona, Talavera y Trujillo.
El material de construcción de estas torres es fuerte sillarejo con esquinas de sillares bien labrados, calizos, al igual que las dovelas de los arcos, produciendo una fina sensación colorística. La torre de la izquierda mide 18 metros de altura y es totalmente maciza. Mide de lado casi treinta metros.

La segunda torre todavía más alta, pues tiene un segundo cuerpo, con una altura de 25 metros, aproximadamente.

Esta torre tiene diferentes cámaras interiores a las que se accede por algunas escaleras. Presente sus saeteras encima del arco, sus buhardas en las casas más estrechas de la torre y sus troneras en el segundo piso. Además, presenta una especie de torreón al interior que completa sus defensas.

 

Torres albarranas, pentagonales, unidas a la muralla por un gran arco

El interior del castillo es una gran extensión de terreno sin edificaciones visibles. Los muros forman ángulos pero sin torres, pues dada la profundidad de la barranquera que da al arroyo Torcón, presenta a ochenta metros, las hace innecesarias. Se abren dos postigos, al noroeste y al oeste. En el interior hay varias bocas de pozos y aljibes. Merecería la pena una campaña de desescombro para poder encontrar la distribución interior del castillo. Muchos otros detalles importantes, como marcas de cantero, muros engrafiados, sistemas de abovedamiento en las escaleras, sistema defensivo de la entrada, etc., se pueden explicar, pero exceden a esta breve sinopsis.
 

Montalbán es un gran castillo con una extensión de 176 metros por 136 metros aproximadamente en sus ejes mayor y menor. Es Monumento Nacional desde 1931.
La historia de este castillo se remonta a la reconquista, en que Alfonso VI lo cede a los templarios, señal de que no había ya alguna edificación anterior de origen árabe o visigodo. Recordemos la cercanía de la iglesia de Santa María de Melque, obra visigoda y mozárabe.
 

En el siglo XII se edifica el actual castillo, tomando la mejor de las técnicas occidentales y orientales.
De occidente, foso, escarpa y contraescarpe, postigos; de oriente, torres albarranas, muros en cremallera.
El castillo pasará después al rey, una vez extinguida la orden de los templarios en el siglo XIV.


Aquí se albergaron doña María de Padilla y su hijo. En 1430 Juan II dona la fortaleza a don Álvaro de Luna, aunque no tomó posesión de ella, y fue su hija doña Marina a la que tocó entregarla al Condestable.

Desde 1573 fue de los Téllez-Girón Pacheco, y después pasará a los duques de Frías y Uceda, siendo actualmente el XIV duque de Osuna y XI de Uceda su actual propietario.
 

 

Plano del castillo de Montalbán

 

Resulta insólito que castillo tan bien preparado para la defensa y para las tropas no haya tenido sucesos bélicos dignos de mención, a excepción de un cerco de don Juan II en 1420. Alejado de las rutas normales de comunicación, pasará en el siglo XIV a segundo término, como una propiedad más de la corona, que cediéndolo a unos y otros y recuperándolo después, no se verá la zona poblada, ni el castillo debidamente ocupado, careciendo de interés bélico y pasando inadvertido en su época, motivo por el que nos ha llegado muy completo, al menos exteriormente y digno de una detenida visita.

 

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